El recordado huesped en mi antiguo huerto

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Desde pequeña siempre quise tener un huerto, para que cuando yo fuera a cocinar pudiera utilizar mis propias plantas en cualquiera de mis preparaciones, una sopa, un guiso, un asado, un té, etc, etc. Me encantaba cuando iba a la casa de mi abuela en los llanos y la veía monearse en el palo de guayaba para buscar las guayabas y hacer sus deliciosos cascos de guayaba, lo mismo con el dulce de lechoza o papaya y el de ciruela de huesito. Cuando estaba en Venezuela vivía en apartamento y tenía en el balcón una jardinera que iba a lo largo de los ventanales de la sala y el comedor. En un paseo que hicimos mi esposo y yo a la Colonia Tovar en el estado Aragua en Venezuela compramos nuestras primeras plantas de hierbas para el huerto: tomillo, romero, albahaca enana, albahaca morada, albahaca tradicional, celery o apio españa, toronjíl y hierbabuena. En otro viaje que hicimos a Bogotá nos trajimos semillas de mini tomates, jalapeños, perejil y cilantro. Sembré los tomates, y trasplante todas las matas que para ese entonces eran super pequeñas. Todas crecieron y se pusieron hermosas con los cuidados que le dimos entre mi querida Antonieta (la nana de mis hijos) y yo, hasta nos comimos varias ensaladas con nuestros mini tomates, tuve problemas con las plantas de albahaca porque les encantaban a los pajaritos y a los bachacos, son muy delicadas y no duraron mucho, las de jalapeños tampoco. Una de las más hermosas fueron las de celery que la usábamos mucho para las sopas y guisos, con la hierbabuena hacíamos té, gelatina de hierbabuena y limón, platos de comida árabe, etc, la de romero creció como 50 veces su tamaño original, además en ella estuvo hospedada una hermosa colibrí que empollo en 3 oportunidades y saco su lindas crías, la cuidábamos mucho, no dejábamos que nadie tocara la planta para no molestarla. Los huevitos eran del tamaño de un maní, siempre sacaba 2 y solo nacía un pajarito, pero la última vez saco los 2 huevitos. Fue increíble ver el proceso y la devoción con la que la linda colibrí cuidaba sus huevitos. El nido era una pequeña obra de arte del tamaño de un hongo (champiñon en Venezuela)
Me dolió mucho dejar mis plantas cuando me vine a los Estados Unidos, ahora estoy tratando de hacer poco a poco un nuevo huerto, aquí es un poco más complicado por los cambios de clima y temperatura. Me traje semillas de ají dulce, un ají delicioso que tenemos en Venezuela, las sembré y ya me ha dado muchos ajíes a pesar de que en el invierno pasado estuve a punto de perderla porque hizo mucho frío, tenía orégano y se seco con el frío, tengo también una de romero y cada vez que la veo recuerdo con cariño a nuestra querida huésped.
Para hacer un huerto es importante el cuidado de las plantas, si son de mucho sol o no, fumigarlas con los productos especiales para plantas comestibles para evitar las plagas, darles sus vitaminas para la tierra y agregar más tierra cuando sea necesario, regarlas según el tipo de planta, y aunque les parezca extraño es importante que ellas sientan su cariño porque son seres vivos y reaccionan ante el amor que se les brinda.

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