Desde que era una niña me gustaba mucho tomar guarapo, así le dicen en el llano de Venezuela y en otras regiones a un café negro no fuerte si no más bien diluido en agua. A mi abuela le quedaba exquisito, ella lo colaba con agua ya con el azúcar y lo colocaba en un termo. A mi primas Carola, Lucy y a mi nos encantaba llegar a casa de mi abuela, servirnos una taza de guarapo, acompañarlo con un pedazo de pan canilla (pan estilo baguette transformado a la venezolana) y quesito blanco rallado...uhmmmm...nada más de acordarme se me hace agua la boca, yo mojaba mi pancito en el café y luego en el queso, era delicioso, con eso merendamos muchas veces. Siempre me preguntaba porque le quedaba tan delicioso el café a mi abuela y luego descubrí el porqué. Ella molía su café que compraba en granos y luego lo mezclaba con otro café de buena calidad que compraba en el mercado. Una vez conocí una señora muy simpática y agradable llamada Geisha que sabía mucho de cocina parecía un libro abierto, estábamos compartiendo un curso juntas, pero creo que ese día todas las personas que estábamos ahí aprendimos más de ella que de la instructora. Nos dio muchos consejos, su abuela era la cocinera de Juan Vicente Gomez un presidente que tubo Venezuela. Pues ese día ella nos dijo que el mejor café era aquel en el que se mezclaban 2 o 3 tipos de cafés distintos de buena calidad de marcas diferentes. Esto lo hace un café único y de excelente sabor. En ese momento pensé en el café de mi abuela y entendí la razón de su sabor. Si compramos un café en grano, lo molemos y luego lo mezclamos con otros dos cafés de buena calidad, podemos lograr nuestro propio café con un delicioso sabor. Creo que no puedo esperar para prepararme uno...